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Algunos conciertos de junio

Nudozurdo

 

Con el verano llega mi despiste, por la abundancia de fiestas y festivales de los que me entero poco o nada. Pero bueno, dos son obvios por mucho que escapen del ámbito geográfico del blog: ya saben que junio es el mes del Azkena Rock Festival (con Joan Jett, The Beasts Of Bourbon, Hugo Race, Man Or Astro Man? o Urge Overkill, por citar algunos de mis prefes) y del Andoaingo Rock Jaialdia (y aquí tiro decididamente para Boss Hog). Ahora, vamos a repasar ocho citas en ocho recintos vizcaínos.

Os Mutantes (día 1, Santana 27). Desconozco en qué forma estará este grupo brasileño fundado en 1966, pero son un trocito precioso de historia. Y digo lo de precioso no solo por la belleza, a menudo muy notable, de sus canciones, sino también por su esencial rareza: una banda culturalmente anglosajona que se emborracha de tropicalidad en compañía de tipos como Gilberto Gil o Caetano Veloso y, encima, adereza su psicodelia con ocurrentes efectos (un spray insecticida, por ejemplo) e ingenios electrónicos creados para la ocasión (como su famoso wah-wah invertido). Telonean Los Estanques, así que el cartel parece un poema de dos versos en asonante.

Los Ganglios (día 1, Bilborock). Ya saben que soy muy de Los Ganglios. Me parecen uno de los grupos más divertidos de este país, pero también defiendo siempre que su obra va mucho más allá de la gracieta, que algunas de sus canciones tienen un trasfondo muy serio y que todas seguirían funcionando perfectamente si cantasen cosas la mar de graves y dramáticas. Esta vez les toca inaugurar Caóstica con uno de esos conciertos suyos que hermanan el techno, el punk, la cumbia, el dub y lo que se tercie.

The Rhum Runners (día 6, Crazy Horse). Este mes conviene comprobar en el último momento dónde se celebran los conciertos, porque la escena bilbaína anda un poco revuelta: ya saben que las cosas del Satélite T se han trasladado al Crazy Horse y que el Sarean está chapado hasta nueva noticia. Al cierre de esta edición, como se suele decir en los periódicos de papel, los franceses The Rhum Runners tienen previsto traer al Crazy Horse su fiesta embriagadora (y probablemente embriagada) de rock, ska, mambo, sonidos fronterizos y otros licores exóticos.

Él Mató a un Policía Motorizado (día 7, Kafe Antzokia). Ahora habla de ellos hasta Amaia la de OT (especialmente ella, según me cuentan), pero por una vez puedo sacar pecho y decir que ya asomaban por este blog allá por 2006, cinco días después de que Amaia cumpliese los 7. Decía yo entonces que el nombre tiene delito (lo siento, es que me ha hecho gracia mi propio chiste) y que sus canciones me sonaban a unos Planetas sin tanta pretensión, y más o menos lo sigo pensando: estos tipos argentinos son maestros armando canciones hermosas a partir de un par de líneas melódicas y un puñadito de versos.

Judas Priest (día 28, BEC). Supongo que mucha gente estará harta ya de Judas Priest, porque se inflaron a escucharlos en la adolescencia, pero mi relación con el heavy clásico es tardía y bastante esporádica, así que me gustaría mucho ver a Rob Halford y los suyos. Soy un indocumentado acerca de su larguísima carrera (en realidad, la banda es tres años más joven que Os Mutantes), pero siento especial devoción por dos canciones suyas, y aquí me voy a poner personal: durante mis cinco años de Pamplona, todos los fines de semana nos pinchaban Turbo Lover en el bar Garazi (y hay que ver qué buena es Turbo Lover para corear), y hoy en día, en el Mojito de Logroño, Rubén nos suele poner el DVD en directo de Painkiller (una de las contadísimas canciones que hacen tolerable un solo de batería). Pero el 28, si no se tuercen mis planes, estaré en alguna playa o piscina donde no creo que suenen los Judas.

Nudozurdo (día 29, Kultur Etxea de Berriz). En esta selección se han colado unas cuantas lealtades de largo recorrido, porque a Nudozurdo (los señores de la foto de arriba) también suelo recomendarlos siempre que suben por aquí. Deberían ser una de las bandas más importantes de este país, a años luz de algunas mediocridades que arrasan, pero siguen ahí, en esa incómoda e ingrata (o cómoda y grata, vete a saber) media altura. El concierto de Berriz es, además, un cartel triple que se completa con los interesantes catalanes Gyoza y los monarcas del post-punk bilbaíno Vulk, que tienen disco nuevo.

Wilko Johnson (día 29, La Ola de Sondika). Es, junto a John Cale, lo que más me interesa del BBK Music Legends, ese festival que cultiva el clasicismo de línea dura. Ya saben que Wilko se despidió de los fans, del mundo, de la vida, porque sufría un cáncer incurable que al final se pudo operar, con lo que sus conciertos vienen a ser la versión en carne y hueso de esos ectoplasmas holográficos que hacen horas extra después de muertos. Veo que en sus setlists caen Roxette, Back In The Night, Going Back Home y otras sagradas reliquias de Dr. Feelgood.

Rustyc Music Fest (día 30, La Galea). No me van mucho las raíces americanas ni el rollo far west, pero me ha hablado tan bien de este festival tanta gente, y soy tan partidario del planteamiento familiar, que debo incluirlo en la selección. Además, qué diablos, yo seguiré en la playa, donde tampoco creo que suenen Booty Hunters, Clan Makeihan, Jo & Swissman, mis paisanos The Legendary Country Greyhounds ni ningún otro vaquero de estos.

Alguna vez me han pedido una canción contra la depresión y he recetado esta de Él Mató a un Policía Motorizado, con su optimismo de riendas cortas.

 

Por Carlos Benito

Sobre el autor

Periodista de El Correo. Nací en Logroño, estudié en Pamplona, vivo y trabajo en Bilbao.


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