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César Coca

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Un libro cada semana: ‘El último apaga la luz’ de Nicanor Parra

parraMurió hace menos de dos semanas. Nicanor Parra tuvo la dicha de asistir a su centenario en condiciones razonablemente buenas. Desde hacía mucho tiempo era el decano de los poetas latinoamericanos. Quizá el decano de todos los poetas. Aunque su mejor definición era la de ‘antipoeta’.
En esta antología publicada hace apenas tres meses, se encuentran sus mejores versos, que incluyen algunas definiciones de sí mismo, de la poesía y del mundo. En Manifiesto, escribe en referencia a algunos de sus colegas: «Deben ser procesados y juzgados/ Por construir castillos en el aire/ Por malgastar el espacio y el tiempo/ Redactando sonetos a la luna/ Por agrupar palabras al azar/ A la última moda de París». Y más adelante: «Contra la poesía de café/ La poesía de la naturaleza/ Contra la poesía de salón/ La poesía de la plaza pública/ La poesía de protesta social./ Los poetas bajaron del Olimpo».
En la poesía de Parra se ven textos formados solo por cruces, versos en los que aparecen los signos ‘x’ y ‘+’, poemas en prosa y experimentos tipográficos, referencias al Papa y a la gente de la calle, a María Kodama, Rulfo, Cervantes y la Sagrada Familia. Y hay celos («Se acostó con varios amigos míos/ en represalia/ x haberme encatrado yo con su hermana») y sexo aunque no siempre entendido como actividad placentera: «En un prostíbulo de San Antonio/ Me obligaron/ A chuparle las tetas a una vieja/ Bajo amenaza de muerte/ Qué quieren que les diga».
Nicanor Parra está ya en la eternidad. Desde allí seguirá haciendo recomendaciones a los lectores: «Los maridos debieran seguir un curso por correspondencia/ si no se atreven a hacerlo personalmente/ sobre los órganos genitales de la mujer/ hay una gran ignorancia al respecto».

(Publicado en elcorreo.com)